Opinión de un defensor de los toros
La opinión de un defensor de los toros.
Explicarles a estos seres la nula relación entre el sufrimiento de un ser y la libertad de decidir sobre su tortura es una pérdida de tiempo. Lo suyo es talibanismo vulgar, carpetovetonismo primario y soez.
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No sé si sería preferible pensar que la autora del artículo “Los antitaurinos” pagó a un negro para que le cubriera el escrito del mes, que aceptar que una persona, con página propia de Wikipedia, con varios ensayos escritos, y según reza la página columnista y politóloga. Lo que se le otorgaría cierta capacidad para razonar, haya sido la autora.
Porque esa pseudo afición por poner negro sobre blanco palabras e intentar tomárselas en serio, es lo mismo que llamar al toreo arte. Los grandes artistas del mundo se removerían en sus tumbas si pudieran escuchar tamaña ignominia. E intentar seguir con rigor esa retahíla de letras consecutivas me produce una gran pereza similar a sus referencias intelectuales que las buscan en Hemingway (alcohólico empedernido y suicida) Picasso (maltratador, sádico y misógino contrastado, amén de otras muchas lindezas como la frase “para pintar una paloma primero hay que retorcerle el cuello”).
Más les valdría señora Edurne en fijarse en ARTISTAS con mayúsculas Leonardo Da Vinci, Mark Twain, Leon Tolstoi, Bernard Show, o ARTISTAS de la vida que aportaron grandeza a la humanidad como Albert Einstein, Isaac Newton, o seres que quizás ya queden muy lejos de las simpatías de la autora como: Shopenhauer, Rosseau, Ghandi, Platón o Pitágoras; grandes seres en los que esta civilización, que la autora del artículo motivo de esta réplica defiende a capa y espada –nunca mejor empleada- ha fundamentado sus principios básicos de tolerancia y que se manifestaron abiertamente hacia algo que probablemente esté muy lejos de Edurne, la compasión, hacia los animales y todos los seres vivos.
Defender unos atribuidos derechos adquiridos para erigirnos en verdugos y torturadores, basándose en cualquier razonamiento, es absolutamente irracional para cualquier persona de bien. Y caer en el tópico de que los antitaurinos, no se manifiestan en otras dependencias, es mezclar churras con merinas, porque aquí se habla de toros, o mejor dicho de hacerles sufrir, y de lo que nos afecta a todos los españoles y a todos los seres humanos. Eso, en términos políticos se dice “echar a andar el ventilador y salpicar de mierda a todo el mundo”, pero entendiendo que la anti-escritora, que ha sido pareja durante mucho tiempo de uno de los peores y más oscuros ministros actuales como ha sido el señor Wert, no nos extraña; ya dice el refrán que “dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición”.
Porque al hilo de lo anterior le diré que aunque somos cada vez más los que no nos alimentamos de muerte, -ni queremos ser eslabones de la cadena de negocio sin escrúpulos, fundamentada sobre la base de la muerte de seres vivos que inunda a esta sociedad pervertida y perversa-, que es una práctica creciente y por otro lado imparable, por la propia supervivencia del planeta y por ende de la humanidad.
No importa ahora si los que se manifiestan en contra de la vergüenza nacional, comen carne o no. No mezcle usted lo que no debe ser mezclado, porque no tenga argumentos para defender su causa a todas luces indefendibles. Y sí, muchas personas, también In crescendo, en todo el planeta se manifiestan contra todo lo que supone un atentado contra el principio básico de la humanidad: LA VIDA. Y por eso puede usted aborrecer e intentar ningunear y ridiculizar a todos los diariamente, luchan de una forma u otra contra el maltrato animal (diversiones, juegos, vestimentas, consumo de carne, explotación, experimentación, vivisección y un largo etcétera, que nos ocuparía mucho espacio, y no quiero caer en su trampa. Así que sea quien sea, que alce la voz por parar esa crueldad, será bienvenida.
¿Quién puede disfrutar con el sufrimiento ajeno? No entiende que no es un problema de libre albedrío, cuando se trata de segar una vida inocente, por el único hecho que nos satisface, nos divierte, nos hace ganar dinero. Ante esa premisa no hay libertad posible. No se trata de igualdad de condiciones. ¿quién le ha otorgado este derecho? ¿la tradición? JAJAJAJAJA, disculpe que me carcajee, pero argumentos como ese, no se sostienen ni en sus tertulias taurinas vestidas de alamares, sedas, oros, regadas con el espíritu de Baco, esto último sobre todo . León Felipe (¿le suena?) en su Antología Rota, decía, refiriéndose a Franco a raíz de su invasión de Madrid allá por el año 36, que “cuando el sapo Iscariote y ladrón dijo que la guerra de España era una cruzada y que Dios estaba con ellos, al poeta le entraron unas irrefrenables ganas de blasfemar”. Es lo que nos pasa a muchos, cuando leemos u oimos toda esa sarta de absurdos que salen de las bocas de los “taurinos” para defender su indefendible postura.
Pero el problema se les agrava, cuando ven que el chollo se les termina. Acéptelo señora, acéptenlo señores. El malvado espectáculo de la tauromaquia tiene los días contados. Y ustedes los saben, por eso quieren ahora arropar su maléfico ritual bajo banderas que no le competen, pero que necesitan para salvaguardar los golpes que les vienen de todos lados. Ahora, que si los nacionalistas lo utilizan como escudo anti español, pues nosotros decimos: ¡que vivan los nacionalistas! Que si los antisistema lo utilizan como símbolo conservador de nuestros valores patrios, que quieren derribar pues nosotros decimos: ¡Qué vivan los antisistema! Que si lo antimonárquicos quieren derribarlo porque el ex – monarca Juan Carlos, caballero de honor, noble, respetuoso de la vida y de conducta intachable, ensalza nuestra tradición, pues nosotros volvemos a decir: ¡Que vivan los antimonárquicos! Y ahora tofos los taurinos, se unen y claman al cielo por su macabro espectáculo. Explicarles a estos seres la nula relación entre el sufrimiento de un ser y la libertad de decidir sobre su tortura es una pérdida de tiempo. Lo suyo es talibanismo vulgar, carpetovetonismo primario y soez.
Y lo tremendo de ese talibanismo y lo repito -porque me da la gana- vulgar, carpetovetonismo – lA RAE dice que no están esas palabras pero me valen. Es que no quieren ver que la cordura ha empezado a llegar a instituciones públicas que irán ayudando a desmantelar esas ominosas prácticas. Y que, aunque le pese señora Edurne, esa a la que usted alude presión social, es la gente que les avergüenza que se sigan practicando esas atrocidades. Y más a su pesar, presiones que cada vez más desde todo el mundo se alzan en contra de esa barbarie Y frente a todo esto el miedo que tienen estas gentes a no poder satisfacer sus instintos de sangre y violencia, porque unos cuantos descerebrados quieren que se acaben los toros para evitarles sufrimiento, pues ¡vaya tontería!.
Que a estas alturas del partido de nuestra historia y por una persona de la que no se pueden albergar dudas sobre su posición y situación política como usted, vaya a ensalzar, precisamente a un “gabacho”, que para aprovechar una supuesta corrida benéfica, lo utiliza para arrimar el ascua a su sardina, envuelto de proyectos sociales (me gustaría saber cuánto dinero al final será recaudado para la obra social propuesta, porque debe usted saber que en este tipo de corridas, se pagan los toros, se pagan las cuadrillas y todos los gastos que conlleva la organización, no es más que otra forma de seguir mareando la perdiz, para que el circo se siga moviendo.
Verá que he seguido la los parámetros de la construcción de su artículo, porque no está del todo mal construido, la pena es que el contenido no sea más que otro más de los últimos coletazos de nuestra VERGÜENZA NACIONAL y no sea para erradicar la violencia de nuestro país.
Y si usted me va a poner como paradigma de democracia, libertad, objetividad, respeto y ecuanimidad al diario ABC y al ex monarca. Está todo dicho.
Por la boca muere el taurino. Que así sea.
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