A estas alturas del siglo XXI, en que todo nos resulta tan familiar, hablar de los “virus” y de sus fatídicas secuelas, quizás resulte un shock conocer que su existencia no es algo tan probado como en principio pudiéramos creeré. Es más, nadie ha sido capaz de demostrar científicamente su existencia. Una minoría extensa de médicos, en todo el mundo, niega en rotundo la existencia de los virus como entidades infecciosas y rechaza el origen vírico del grupo de enfermedades clasificadas como tales. ¿Están estos médicos en lo cierto? Y, si tuvieran razón, ¿cómo explicar la gran cantidad de enfermedades descubiertas a lo largo del siglo que han sido atribuidas …
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