Descubrimiento
La vitamina B12 no se identificó químicamente hasta 1955. Sin embargo, los especialistas comenzaron a utilizar alimentos de un gran valor vitamínico (hígado) para combatir la anemia perniciosa durante los primeros años de 1920.
Unidad de medida
Las cantidades de esta vitamina se expresan en microgramos.
Características químicas
La acción del calor no daña en absoluto la vitamina B12, pero la luz la inactiva. Los alimentos cocinados pierden sólo una pequeña parte de su valor vitamínico (vitamina B12).
Fisiología
La fisiología de la vitamina B12 es muy compleja. Antes de absorberse en los vasos sanguíneos, el organismo debe combinar esta vitamina con una sustancia secretada en el estómago, un factor intrínseco. El producto resultante de esta combinación sólo puede absorberse en el extremo final del intestino delgado, el íleon terminal. La falta de factor intrínseco puede provocar el inicio de una enfermedad estomacal, conocida con el nombre de anemia perniciosa. Es esta carencia de factor intrínseco, y no la falta de vitamina B12, la que origina dicha condición patogénica.
Función
Todas las células orgánicas necesitan la presencia de vitamina B12 para iniciar sus procesos con total normalidad. Sin embargo, algunos tejidos y órganos, como el conducto gastrointestinal, el sistema nervioso y la médula ósea (región donde se generan las células sanguíneas), requieren más cantidad que otros.
Requerimientos
Los recién nacidos y los niños necesitan aproximadamente entre un microgramo y medio de vitamina B12 y dos microgramos. Esta cantidad aumenta paulatinamente en relación con la edad hasta alcanzar los tres microgramos diarios requeridos por un ser adulto. Las mujeres en período de embarazo o de lactancia deberían consumir un microgramo adicional.
Fuentes
Deberíamos considerar la vitamina B12 como la «némesis de los vegetarianos», ya que los especialistas nutricionales consideran que sólo se encuentra en alimentos animales (carne, huevo y productos lácteos) y que no existe ninguna fuente vegetariana (frutas, hortalizas, semillas, nueces, brotes de legumbres o brotes de semillas). Sin embargo, debemos señalar que muchos de estos productos vegetarianos contienen pequeñas cantidades de vitamina B12, ya que las bacterias que la crean habitan en cualquier parte de la naturaleza. Asimismo, diversos experimentos científicos han demostrado que las bacterias que se encuentran en el interior del intestino pueden generar esta vitamina. Aunque es cierto que la mayoría de los vegetarianos tienen unos niveles de vitamina B12 en la sangre muy bajos, no existe ningún caso documentado de un vegetariano que haya enfermado por falta de esta vitamina. Por esta razón, debemos afirmar que no existe ningún motivo para considerar la vitamina B12 como la «némesis de los vegetarianos».
Efectos de deficiencia
Cuando el organismo presiente una deficiencia significativa de vitamina B12, puede originar una anemia perniciosa. Como resultado directo de esta condición, se originan menos glóbulos rojos en la médula ósea. En aquellos casos en los que la deficiencia vitamínica sea extrema, podrían originarse trastornos en el sistema nervioso caracterizados por sensaciones de «cosquilleos» en las manos y en los pies, depresiones mentales y desequilibrios psíquicos.
Efectos de exceso
No se han descrito los síntomas provocados por una ingestión excesiva de vitamina B12.
LA VITAMINA B12 Y SU DIETA
Dr. Alan M. Immerman
INFORME DE INVESTIGACIÓN
Si no consume carne animal, este informe disipará todos sus temores sobre la deficiencia vitamínica.
Una de las preocupaciones más comunes entre los vegetarianos es la posible deficiencia de vitamina B12. Afirmaciones como la que aparece en la prestigiosa revista Nutrition Reviews, «El vegetarianismo estricto que se practica en los países occidentales es sólo una moda pasajera que puede traer consigo graves consecuencias», dan rienda suelta a todo tipo de especulaciones sobre las consecuencias de una deficiencia de vitamina B12. Sin embargo, ¿cómo podemos estar seguro de los datos y los hechos?
En primer lugar, no puede afirmarse que los vegetarianos consuman muy pocas vitaminas B12, a menos que se demuestre que exista una verdadera deficiencia. Por tanto, lo primero que debemos especificar, si queremos analizar todos los datos con eficacia, es cómo determinar dicha deficiencia.
Para afirmar que una persona carece de la cantidad necesaria de vitamina B12, debemos asegurarnos de que se dan las siguientes características:
- El individuo no ha respetado el requerimiento diario mínimo de vitamina B12.
- El nivel de vitamina B12 en la sangre es anormalmente bajo.
- Existe una absorción normal de vitamina B12.
- El individuo padece alguna de las enfermedades relacionadas con la falta de vitamina B12 -un tipo especial de anemia (megaloblástica) y/o la degeneración del sistema nervioso.
- El consumo de pequeñas cantidades de alimentos que contengan vitamina B12 elimina las señales y los síntomas de estas enfermedades.
Si no se cumplen estos requisitos, la condición carencial no puede achacarse simplemente a una deficiencia dietética. Existen otras situaciones que también pueden provocar una deficiencia de vitamina B12, entre ellas destacamos los trastornos gastrointestinales o estomacales (estas enfermedades inhiben la producción del factor intrínseco, una sustancia química que el organismo requiere para absorber la vitamina B12); trastornos intestinales (pueden interferir en el transcurso normal de la absorción); problemas hepáticos o renales (pueden aumentar la pérdida de vitamina B12); la ingestión de bebidas alcohólicas; el consumo de tabaco; la administración de ciertas sustancias farmacológicas, como la neomicina y las píldoras anticonceptivas; etc. A menos que aparezcan los cinco criterios anteriormente analizados, no podemos diagnosticar como una deficiencia dietética la falta de vitamina B12.
Imaginemos una persona vegetariana de 58 años de edad que visita a su médico porque sufre problemas con su sistema nervioso. Al comentar que sólo consume productos vegetarianos, el médico relacionará inmediatamente los síntomas con una falta de vitamina B12 y recetará la ingestión de grandes dosis de complementos vitamínicos. Sin embargo, no efectúa ninguna exploración para determinar si su paciente puede absorber con facilidad dicha vitamina. Al no determinar su capacidad absorbedora, el médico no puede especificar con seguridad si el problema radica simplemente en la deficiencia vitamínica, ya que el paciente podría sufrir una anemia perniciosa, condición provocada por la ausencia del factor intrínseco necesario para efectuar la absorción.
También podría darse el caso de un vegetariano que después de someterse a un simple análisis de sangre descubre que el nivel de vitamina B12 se encuentra por debajo de lo normal. La primera reacción del médico será, sin dudas, advertirle del peligro que conlleva su dieta, aunque el paciente se sienta perfectamente. Sin embargo, esta persona no puede catalogarse como deficitario de vitamina B12, al no presentar los síntomas relacionados con la deficiencia de esta vitamina.
Finalmente analizaremos un tercer caso más complejo. Considere por un instante un vegetariano que sufre una enfermedad relacionada con la falta de vitamina B12. Después de someterse a varias pruebas para especificar su capacidad de absorción (la prueba de Schilling), descubre que puede absorber cualquier producto con eficacia. Los síntomas de dicha enfermedad desaparecen cuando consume las dosis rutinarias de complementos vitamínicos. ¿Podríamos hablar de un caso de deficiencia dietética? No necesariamente, podría tratarse de un caso de mala absorción que las pruebas rutinarias no pueden revelar. A veces, los problemas de absorción sólo se detectan con la utilización de instrumentos sofisticados.
Estos medios sólo se encuentran en centros de investigación y el método utilizado difiere considerablemente del método convencional y rutinario, ya que el paciente consume sólo pequeñas cantidades de vitamina B12. Por esta razón, el perfecto cumplimiento de la característica número cinco (repuesta positiva al consumo de pequeñas cantidades de vitamina B12) es esencial para determinar la existencia o no de una deficiencia dietética.
Por simples y correctos que puedan parecer, muchos de los casos que se ponen como ejemplos en los libros especializados carecen de uno o más de estos criterios. De esta forma, cuando el científico Smith investigó en 1962 a doce vegetarianos, encontró que tres de ellos sufrían algunas de las enfermedades relacionadas con la falta de vitamina B12. Sin embargo, nunca examinó su capacidad de absorción, por lo que su diagnóstico carece de fundamento necesario. Existen incluso casos considerados como deficiencias dietéticas en los que no se detalla si se consumieron o no alimentos que contenían vitamina B12.
En el año 1967, Verjaal y otros científicos analizaron a un vegetariano que padecía trastornos en el sistema nervioso. Después de realizar varias pruebas, decidieron que el origen del problema se encontraba en la dieta, pero nunca analizaron su capacidad de absorción, ni la respuesta ante el consumo de pequeñas cantidades de vitamina B12. Cuatro años antes, en 1963, Connor discutió junto con otros científicos dos casos en los que tampoco se habían investigado la absorción.
Mientras preparaba este artículo, he revisado cada uno de los casos relacionados con la deficiencia dietética de vitamina B12 y puedo afirmar que el incumplimiento de los criterios anteriormente citados es una regla y no una excepción.
Por otro lado, debemos señalar que existen numerosos estudios que demuestran el perfecto estado de salud de los vegetarianos y su gran nivel de vitamina B12. En el año 1954, Hardinge analizó a veintiséis vegetarianos y descubrió que todos se encontraban en perfectas condiciones. Poco después, en 1970, Ellis descubrió lo mismo.
En 1973, Roberts analizó a 322 vegetarianas indígenas que se encontraban embarazadas. Todas, excepto una, gozaban de un perfecto estado de salud, aunque nunca se determinó si la única que tuvo problemas padecía algún trastorno de absorción. En 1978, Sanders estudió a 34 vegetarianos sin encontrar ningún caso de enfermedad.
Como conclusión, podemos afirmar que no existe un sólo estudio que pueda afirmar que la deficiencia dietética sea el único responsable de la carencia de vitamina B12 en los vegetarianos. Asimismo, se han realizado numerosas investigaciones que demuestran la existencia de un nutrido grupo de vegetarianos cuyo nivel vitamínico (B12) es excelente. Aunque los nutricionistas occidentales aceptan a regañadientes la veracidad de estos documentos, los doctores indígenas aprueban de buen grado su autenticidad.
Los indígenas no son vegetarianos estrictos, ya que consumen pequeñas cantidades de productos lácteos. Sin embargo, estas cantidades se encuentran muy por debajo de los cánones establecidos por los países occidentales para satisfacer las necesidades de vitamina B12.
No obstante, «los indígenas vegetarianos que habitan en el continente americano han sobrevivido durante muchos años, procreando generaciones sanas que nunca han comido pescado, ave o carne. No hay ningún indicio por el cual podamos decir que esta población vegetariana, cuya dieta se basa en el consumo de productos lacto-vegetarianos, sea diferente a cualquier otra población no vegetariana».
Como afirmara el doctor David Reuben, las noticias que condenan la dieta vegetariana como peligrosa «dejarían perplejos a más de 500 millones de hindúes que no conocen el sabor de la carne (con la excepción de la leche materna). La religión hindú surgió aproximadamente hace más de 10.000 años, prácticamente 98 siglos más que «la medicina moderna».
Ahora bien, cualquier persona podría preguntarse de dónde adquieren los vegetarianos la vitamina B12 si no consumen productos animales, criaturas que contienen en su segundo estómago (rumen) las bacterias que producen esta vitamina.
No existe ninguna respuesta concreta a dicha pregunta. Sin embargo, el hecho de que la gran mayoría de vegetarianos gocen de buena salud podría servir para aceptar como válida una de las siguientes hipótesis: el organismo absorbe la vitamina B12 generada por las bacterias que habitan en el intestino (éstas se encuentran supuestamente en una zona donde la vitamina no puede absorberse, pero los vegetarianos podrían sufrir una adaptación); el organismo no elimina ninguna vitamina B12, por lo que su necesidad es innecesaria; el individuo consume vitamina B12 a través del agua (destilada o procedente de los manantiales) debido a la contaminación bacteriana; se consume accidentalmente insectos o bacterias que contienen vitamina B12; las raíces de las hortalizas que ingerimos contienen vitamina B12, ésta procede del terreno donde las bacterias la han producido; podemos obtener vitamina B12 de aquellos alimentos vegetales que posean vitamina B12 generada por la acción de las bacterias.
Es cierto que la vitamina B12 se crea sólo por medio de las bacterias, pero no podemos olvidar que éstas se encuentran en todos los lugares, por lo que muchos alimentos vegetales contienen una pequeña cantidad de vitamina B12.
Por tanto, podemos refutar la amenaza lanzada por la revista Nutrition Reviews, en la cual se afirmaba que la dieta vegetariana podía traer consigo «graves consecuencias». Es más, podríamos afirmar exactamente lo contrario, que dicha dieta sólo tiene «consecuencias beneficiosas» para la salud, ya que ningún vegetariano debe preocuparse por enfermedades tan comunes como los trastornos cardiovasculares, el cáncer de colon o el cáncer de pulmón. La escasa cantidad de grasa existente en la dieta vegetariana reduce considerablemente la probabilidad de contraer alguna de estas enfermedades. Los problemas ocasionados como consecuencia de la falta de vitamina B12 son más hipotéticos que reales.
Es preciso dejar bien claro que la deficiencia vitamínica sólo es posible si una persona posee un nivel de vitamina B12 en la sangre muy bajo y padece alguna de las enfermedades relacionadas con la falta de vitamina B12. El curso normal de la vida no puede verse interrumpido únicamente por una indicación sanguínea. Ésta debe ir acompañada de algunas de las enfermedades citadas con anterioridad para paralizar el perfecto funcionamiento del organismo.
COSAS QUE DICEN LOS QUE VIENEN POR AQUÍ